Azul-Negro (BL) | 青黒。

Epílogo – Azul-Negro (BL)


Shouri pasó los siguientes días aturdido.

La muerte de Kazusa, fue tan repentina. A pesar de que había pasado menos de un año desde que se transfirió a una nueva escuela, nadie hablaba mucho de eso. Las únicas personas que estaban desconcertadas fueron Shouri y las chicas que lo habían admirado en secreto. 

Kazusa, enterrado con las flores en su ataúd, estaba tan lindo como siempre y parecía que iba a despertar y sonreír en cualquier momento. Había algunos de los amigos de Kazusa de Tokio en el funeral y Shouri había hablado con algunos de ellos. Entre ellos estaba Yoshiko. 

—Ya veo… Se ha ido… Aunque todos pudimos verlo venir… —Ella torció los labios, frunciendo el ceño hacia el suelo, como si estuviera tratando de contener las lágrimas. 

—¿Tú podrías? —Preguntó Shouri, a lo que ella respondió con una sonrisa forzada. 

—Lo entiendo un poco. Kazusa fue amado por la muerte.

Amado por la muerte. Esas palabras se quedaron grabadas en la memoria de Shouri y nunca se fueron. 

La madre de Kazusa había estado llorando todo el tiempo, las lágrimas corrían por su rostro. Trató de obligarse a sonreír pero falló, sollozando cada vez peor. El padre de Kazusa también estaba allí; dijo que era banquero. Era un hombre delgado, de aspecto inteligente y se parecía a Kazusa. 

Sus restos fueron depositados en la tumba de la familia Uemura, que estaba ubicada en el pintoresco pueblito. Shouri estaba mirando cómo bajaban el ataúd. En un día despejado, podían ver el océano desde el cementerio, las serenas ondas del mar brillando bajo el sol. 

No hubo más lágrimas. Porque incluso ahora, se sentía como si Kazusa todavía estuviera viva. 

Shouri soltó una carcajada, una triste sonrisa creciendo en sus labios. Su respiración se volvió nebulosa y se disipó mientras el abismo negro azulado se extendía interminablemente frente a él; el mar que ama. 

El mundo seguía girando, incluso ahora. Las olas iban y venían, pero su corazón permanecía inmóvil. 

Shouri se había graduado y ahora estaba estudiando para ser médico. Se había reído mucho, había llorado mucho, pero todas esas emociones se sentían vacías como una película en blanco y negro. Su corazón se sentía vacío, siempre extrañando la pieza que lo completaba. 

—Ni siquiera llegué a convertirme en el mejor pescador de la ciudad…

Queriendo escapar de la sombra proyectada por la muerte de Kazusa, convenció a sus padres de que quería estudiar en Tokio. Pero cuando se mudó a Tokio y comenzó a vivir solo, no pudo olvidarlo. Cada vez que pasaba un chico hermoso por la calle, lo seguía con la mirada, esperando algo que no existía.

—Algunas chicas me han dicho que soy hermoso, pero es difícil encontrar una chica más hermosa que tú.

Un paso, luego otro, caminó. Justo cuando sus zapatillas se empaparon del agua del mar, Shouri se detuvo. El mar era infinitamente calmante, relajante y hermoso.

—Bueno, vámonos ahora.

Mientras se rodeaba del azul-negro que siempre había amado.


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